El punto de encuentro de la ruta es el pueblo de Robledondo a unos setenta km de Madrid en dirección noroeste, cerca de San Lorenzo de El Escorial. Es una pequeña localidad montañosa a 1.400 metros sobre el nivel del mar. Nos preparamos para una ruta sin demasiado desnivel pero de 15 km de longitud. Somos un grupo de 14 personas y un perro, pero hacemos mucho bulto.
El inicio es en descenso, y nuestro grupo se encuentra con una excursión de gente montada en burro. En descenso seguimos hasta llegar al cauce del rio Hornillo que empezamos a remontar. Tras un rato llegamos al punto más espectacular de la ruta, la chorrera del Hornillo, donde naturalmente nos hacemos una foto.
Seguimos el ascenso paralelos al curso del rio hasta que lo cruzamos para escalar el primer alto desde donde tenemos unas vistas de varios valles y el embalse del Aceña.
Volvemos a bajar ligeramente y hacemos la parada para la comida. Este es un momento muy esperado entre el grupo de los tardíos, se comparten toda clase viandas, dulces y saladas.
Con la panza llena, llega lo más duro que es el ascenso al cerro de la cabeza, pero merece la pena: desde este alto se tiene una vista en primer plano del Monasterio de El Escorial y se divisa nítidamente la ciudad de Madrid con sus cuatro torres.
El descenso se hace rápido hasta Robledondo donde llega otro gran momento de la excursión, la cerveza en el gastrobar del pueblo, acompañada de crujiente de dermis porcina frita a alta temperatura. Todo gracias al patrocinio de AXA, Museo Thyssen y Chester Corporation, y ya entonces sí… llega el momento de la despedida donde algunos nos preparamos para las agujetas del día siguiente.